“Siempre ha sido el arte una complejidad espiritual. Y para el hombre, un reflejo gráfico de sus inquietudes, avances y retrocesos; de sus vivencias, de sus gustos, de su marcha a través de la historia. Por el arte conoceremos una época dada, su evolución y su lucha; sus antagonismos. Este sentido definidor se aprecia mayormente al enfrentarnos con la problemática actual, donde el arte llamado contemporáneo se caracteriza por ser un reflejo de la inquietud que nos embarga ─y que nos ha llevado hasta la angustia─, haciendo que la plasticidad de nuestros días tenga un sello extraño, complicado, multiforme y desconcertante”.
Son palabras de Felo Monzón de una conferencia pronunciada en el Casino de Gáldar, en 1964, con motivo de la “Exposición de Arte Contemporáneo”. Palabras de un artista donde reconoce que el arte es reflejo del hombre y de su época, y de esta manera debemos aproximarnos a la vida y a la obra de este excepcional creador grancanario, primer Premio Canarias de Bellas Artes, en 1984, un hombre consagrado al arte y comprometido con la sociedad de su tiempo.
El nombre de Felo Monzón, representante del movimiento indigenista, se encuentra íntimamente ligado a la historia del arte en Canarias. Alumno, profesor y, posteriormente, director de la Escuela Luján Pérez, en 1950 fue miembro fundador del grupo LADAC ─Los Arqueros del Arte Contemporáneo─ junto a Manolo Millares, Elvireta Escobio, Plácido Fleitas, Juan Ismael, José Julio y Alberto Manrique y, en la década siguiente, del grupo Espacio con Lola Massieu, Francisco Lezcano, Pino Ojeda y Rafael Bethencourt, conciliando siempre su faceta creativa con su vocación pedagógica e intensa actividad intelectual.
La obra de Felo Monzón transita y evoluciona con naturalidad por los movimientos artísticos del siglo XX ─parte de una figuración de raíz expresionista, participa del surrealismo y de la abstracción, aborda experimentos matemáticos, ahonda en el arte cinético y muestra interés por el origen geológico de las islas─ en una sucesión de etapas, determinadas por la voluntad del creador en experimentar y ahondar en la raíces para ofrecer una síntesis de la realidad insular y de la vanguardia artística.
La Fundación Cristino de Vera-Espacio Cultural CajaCanarias agradece la colaboración de la familia del artista, especialmente la de su hijo, Miguel Monzón Geara, y sus nietos, Marta y Rafael Monzón Benítez, que han proporcionado todo tipo de facilidades para poder presentar esta muestra, a Mireya Jiménez Jaén, en su condición de comisaria y responsable, junto a Felo Monzón, del estudio razonado de su obra, a Lázaro Santana y a Daniel Montesdeoca por sus continuas aportaciones, al Centro Atlántico de Arte Moderno, Gabinete Literario de Las Palmas de Gran Canaria, Epiarte S. L., Colección de Arte CajaCanarias, a la colecciones de arte de José Antonio Casimiro Pérez y Cruz-Mayor, así como a otros coleccionistas y personas que han permitido con su generosidad el desarrollo de este proyecto expositivo.
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